"Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir" Francisco de Quevedo
Dicen que las palabras se las lleva el viento, pero no es cierto. A veces hasta las mas aparentemente insustanciales quedan grabadas a fuego en nuestra memoria. Sobre todo aquellas que pesan, que anidaron dentro en un descuido. Aquellas que sostenian entre las vocales una esperanza, un deseo formulado en voz baja.
Quiza de todas las palabras dichas no sean las que mas duelan, las que abrieron heridas mas hondas o produjeron mayores impactos....pero si las que se quedaron anquilosadas en un rincon de la memoria: las promesas rotas.
Si solo hicieran promesas las personas conscientes de sus palabras y sus actos, las personas comprometidas con ellas, conscientes de su valor y su necesaria consecuencia, habria muchos menos pesares en el alma de muchas personas. Y sobre todo, muchos menos incrédulos.
Si las personas se tomasen la molestia de pensar las cosas antes de hablar, el mundo no seria un páramo de escepticismo donde la desconfianza cada dia acampa a sus anchas.
Alguien por quien volver a volver...
-
Llegó en el momento exacto, de calmar mi rabia y rescatarme, entre tanto
humo,
justo cuando mis pasos ya no me llevaban a ningún lugar… sigo con el mismo...
1 comentarios:
Todo tiene su parte positiva. Acostumbrados como estamos a tanta promesa rota, con la incredulidad anclada en nuestros corazones, nos llevamos una grata sorpresa cuando alguien cumple lo prometido... en ese momento esa persona pasa a ser mi héroe o heroína.
La pena es que esas gratas sorpresas están demasiado espaciadas a lo largo de nuestras vidas.
Saludos Cordiales
Publicar un comentario